22 de abril de 2011

Es mío. Lo tocás, lo mirás por más de un segundo, respirás cerca de él, lo saludás, le sonreís, le hablás, estás a menos de diez metros de él y te meto una sartén por la concha hasta que te salga jugo de cada órgano que tengas sin contar que te bajo los dientes, te deformo la cara y bueno, en teoría, te hago mierda.